Hoy, mi mantra. Si no lo conoces todavía, quédate, que te lo regalo. Es mi lema, lo que pondría como mi primer mandamiento, si yo tuviera mandamientos.

Pero, amigo, esto es liderazgodelbueno. Ya sabes, toca historia antes.

Y es de cine, mi tema favorito.

Voy.

Es bastante conocido lo que hacía Quentin Tarantino antes de ser Quentin Tarantino.

Quiero decir, antes de ser ese director de cine que cambió para siempre el uso de la violencia en el cine, para hacerla divertida y de una belleza estética arrebatadora.

Si has pensado que la violencia no es divertida, ponte de nuevo Pulp Fiction y esa escena en la que el arma se dispara sola.

Los motivos por los que la violencia es divertida, para otro día.

Quentin trabajaba en un videoclub y era cinéfago. Se tragaba mierdas como pianos y encontraba belleza en la basura.

Cuando tuvo la ocasión de hacer su primera peli, pidió consejo al maestro. Le daba pánico no saber de fotografía, maquillaje, iluminación, decoración, localizaciones, dirección de actores…

Scorsesse (el maestro), muy campechano, le dijo que lo que tenía que hacer era contratar al mejor equipo para llevar a cabo su visión.

El mejor equipo, no es el que te dice que sí a todo.

El mejor es el que te dice, por ahí no vayas, que te vas a hostiar.

Si tienes que formar un equipo alguna vez en tu vida, asegúrate de que generas la confianza suficiente para que te discutan las decisiones, te cojan de la mano y te lleven ellos durante un tramo.

De la estrategia, te encargas tú. De la táctica, tu equipo.

Jorge

Corto, claro, conciso. Con un director de cine que me encanta. ¿Su mejor peli? Uno de los nuestros. Hablo del maestro, claro.