No, no sé qué haría si hubiera gastado 44k millones de dólares en comprar una compañía deficitaria.
Es algo que nunca haré, así que, como nos enseñaron los griegos, todo lo que digamos tras ese “y si…” es falso. Nunca tendremos oportunidad de comprobarlo.
Podría desmantelarlo todo y usar las oficinas como aseos públicos, como sugerirían Faemino y Cansado.
O intentar reflotarla.
O despedir a 3.000 personas.
Pero, si tuviera que hacerlo, ¿cómo sería?
Te aseguro que no mediante esta lista de correo.
¿Te imaginas?
En mi vida he visto desastres de comunicación corporativa.
Ideas que, sobre el papel, seguro que parecen hasta sensatas.
Comunicaciones acerca de reducciones salariales que se hacen colgando un video para que todo el mundo consuma la información, por ejemplo.
O empresas que te piden que tomes vacaciones porque no hay proyectos a la vista, y tú sabes que ni los hay ahora ni en dos semanas. Cuando no las tomas, te envían un burofax directamente.
No sé si alguna vez has recibido un burofax.
No suelen incluir buenas noticias.
Empresas que permiten rumores acerca de despidos masivos durante meses, sin hacer nada para aclarar el tema.
En fin, si alguna vez te ves en la tesitura de tener que dar una mala noticia, igual te sirve lo que yo aplico.
Primero, la gente.
Ocuparte y preocuparte de la persona.
Luego, todo lo demás.
Jorge
Si solo te gustan las buenas noticias, no te apuntes a