Esta ha sido una semana de vivir con niños. Ya te he dicho que el mayor superpoder de los niños, es la insistencia.

La van perdiendo con los años, lo cual es una faena, porque dar la turra es un camino seguro para lograr el éxito en lo que te propongas.

El caso es que hay que distinguir entre insistir para que tu mensaje cale e insistir para que alguien haga lo que tiene que hacer o deje de hacer algo que no debe.

Una situación va de persuasión, la otra de idiotez. La del otro.

Me explico, estoy todavía reventado por el día de ayer, vuelos, retrasos y esperas, así que puede salir una genialidad o un espanto.

Me he tirado toda la semana en una isla volcánica visitando entornos volcánicos. En cada una de las visitas paisajístico-culturales, tienda de recuerdos con cosas hechas con pedacitos de rocas volcánicas.

Ya sabes, pulseras, anillos, cosas de estas que los turistas nos llevamos de recuerdo para mirarlos dentro de unos meses y suspirar.

Pues yo quería que mi hija se llevara un recuerdo de la isla.

Y ella, sólo quería un tubo de Mento’s o un paquete de Skittles, una especie de chocolatina.

Como soy un padre cariñoso pero firme, y algo blando en lo que a los deseos de mis hijos se refiere, le dije que no.

Que tenía que elegir otra cosa.

Pero que, antes de irnos de la isla, le compraría golosinas en otro sitio.

Con eso conseguí algo de paz y que se comprara el recuerdito, que acabará en un cajón y espero que algún día lo mire y se acuerde de las vacaciones.

Pero la historia, sigue.

Mi hija, dejó de pedirme las chucherías.

Hasta que llegamos al aeropuerto. Miró el directorio de tiendas de la zona de embarque. Y se aseguró de que visitáramos las dos en las que vendían golosinas.

Vale, pero aquí solo te he hablado de la insistencia.

Mira, los niños, insisten.

Pero si hay algo irritante en la vida es tener que pedirle a un adulto que haga o, sobre todo, que deje de hacer algo, dos veces.

  • Mira, en las presentaciones no usamos este tipo de imágenes porque quedan mal.
  • En las reuniones estamos presentes, no usando el móvil.
  • No hace falta que me consultes esto, hazlo directamente.

Pon lo que te haya pasado a ti.

Piénsalo.

Piensa en algo que te dé más rabia.

Que tener que pedir las cosas a alguien de más de 15, dos veces.

Pues no sé, a mí me ha pasado varias a lo largo de mi vida profesional.

Y, a esas personas a las que les he tenido que repetir las cosas varias veces, no les ha ido bien.

Así que, saca al buen samaritano que llevas dentro y pasa esta idea a otros.

Insiste.

Insiste para no tener que volver a tener que repetir nada dos veces nunca más.

Se hace con el botón de arriba.

Un abrazo

Jorge

He vuelto un poco autoritario. Es el efecto que tienen en mí los aeropuertos. La paciencia que hemos desarrollado los seres humanos es increíble, ayer tuve ganas de saltar el control de acceso, ponerme a los mandos del Boing 737 y sacarlo yo de la pista.