El equilibrio entre pensar y hacer, está mal. Una vez me explicaron que la gente, generalmente, se pone a hacer cosas, a lo loco. Y que hay que pensar antes.

Sí y no.

Sí, porque es verdad, al ser humano le cuesta menos lanzarse a hacer cosas que conoce, porque se encuentra en esa cursilada que llamamos zona de confort.

Porque, reconozcámoslo: pensar, duele.

Es duro.

Peeeeeero.

Si piensas demasiado, llega la parálisis por el análisis. A veces elegimos verdad porque el reto, nos acojona.

Así que el problema no es que pensamos poco o demasiado, es que no elegimos sobre qué cosas debemos reflexionar.

Y, toda esta patraña gurusística, para qué, te estarás preguntando.

Pues mira, porque en esta newsletter he decidido que no voy a pensar mucho. Tengo una idea, la ejecuto y veo qué tal.

Así que el otro día, pregunté a una persona si le molaría hacer un crossover. Un cameo, vaya. Y me dijo que sí.

Hoy, a las 13:30, hora de Albacete, recibirás un segundo correo. No es mío. Pero lo parece.

Es de alguien muy joven pero que lo está petando en LinkedIn.

Alguien a quien seguirás, si no lo estás haciendo ya.

Si quieres enterarte, es a las 13:30 en tu correo.

Jorge

Puedes darle a compartir si crees que debes avisar a tu primo Juan de este evento planetario. Va a molar mucho.