Tim Harford escribió en El economista camuflado algo así como que la economía es la disciplina que estudia la forma de construir mejores vidas para los seres humanos.
Ese intento por mejorar la vida de la gente, para que los que tienen más contribuyan a mejorar el bienestar de los desafortunados con menos recursos, se ha hecho, a lo largo de la historia, a través de los impuestos.
Se han intentado cosas.
Cosas, raras.
Como crear un impuesto a los sombreros.
Esto sucedió en el S. XVIII en Inglaterra y el pago de la tasa se comprobaba mediante una etiqueta que llevaba la prenda cosida en su interior.
Un impuesto fácil de comprobar.
Si lo piensas, tiene sentido, si tienes muchos sombreros, si te puedes permitir tenerlos, ¿por qué no gravar su posesión? Así, una persona con pocos recursos, pagará una o ninguna vez, mientras que los asistentes a las carreras de Ascot, se inflarían a pagar.
Pero, claro, a la gente, no le gusta pagar impuestos.
Prefieren hacer cosas raras.
Los legisladores, se inventan formas creativas de que, los que más tienen, más pagan.
Los que más tienen, igual de miserables que el resto de la población, empeoran sus condiciones de vida con tal de no contribuir.
Si has visitado Amsterdam, te lo han contado.
En el S. XVII, a alguien se le ocurrió que los ricos tenían casas más grandes. Así que, ¿de qué manera simple puedes medir el tamaño de una casa, sin entrar a interrumpir el descanso de los moradores?
Por la fachada.
A más metros de fachada, más tasa.
¿La respuesta de la gente? Fácil, hagamos la fachada más estrecha.
En Inglaterra intentaron algo parecido: gravar el tamaño de las ventanas.
¿Qué te imaginas que sucedió?
Exacto.
Ventanas más pequeñas.
A ver, que esto, mola.
Estamos diciendo que la gente es capaz de empeorar su calidad de vida, de vivir en un ambiente más oscuro, aunque pueda evitarlo a través del pago de un impuesto.
Estarás pensando que tú no. Que no renunciarías jamás a algo así. Vivir en una casa estrechísima o sin ventanas solo por ahorrarte unos eurillos.
Pero seguro que haces otras cosas.
No sé.
No pedir la compra online por el evitar el recargo de que te la traigan a casa.
Pegarte una tarde buscando en internet la oferta más barata e invertir 4h para ahorrarte 10€.
No hacer el check-in en el avión de esa compañía de bajo coste y tener que volar la familia desperdigada, cada uno en una punta.
Igual no te ha pasado esto nunca.
Quizá hace mucho que no te pasa.
Si es así, enhorabuena.
Porque entonces no tendrás problema en hacer esto. Se trata de algo muy sencillo. No te costará dinero.
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