¿Tú quieres saber cuál es tu papel como líder? Hacer crecer a la gente con la que trabajas. Conseguir que sean mejores que tú en todo.

Venga, va – estarás pensando – que tú tienes ese puntito macarra, que ahora me vas a venir con que en realidad eso es una proclama de blandiblup, pura fachada sin sentido, una frase post-post-moderna cargada de falsas buenas intenciones.

No.

De verdad que no.

Te lo digo con toda la sinceridad de mi negro corazón.

Te pongo un ejemplo muy personal.

Esta semana hemos tenido tutoría. Como tú no conoces a mis hijos, te diré que son muy distintos entre sí.

Pero mucho.

No es por presumir de hijo, pero mi hijo mayor, me supera en muchos sentidos. Intelectualmente, que no te quepa duda.

Pero de largo.

Como te contaba, la tutora nos decía que algunos profesores tenían la sensación cuando hablan con él, de que sabe más que ellos.

Sensación, dicen.

Y yo, como padre, ¿qué hago? Me aparto y le dejo paso. Y disfruto.

Va a llegar un punto en la vida en la que es lo único que puedes hacer como padre.

Primero, acompañar. Les dejas subir a un árbol. Estás pendiente para ayudar si se caen. Les dejas darse un par de buenas tortas. Tal vez tres.

Luego te pones a la par. Aprendes, abres los ojos y los oídos, porque en esta etapa tienes una oportunidad de aprender y crecer de la leche.

Por último, te quitas del puto medio.

Pues con tu equipo, igual.

Lo mejor que te puede pasar con alguien de tu equipo es que te adelante por la derecha.

Hubo un tiempo en una organización muy, muy lejana, en el que tuve una discrepancia con la gente de recursos humanos.

Básicamente, querían implantar un nuevo modelo de no-se-qué y cambiar la forma de gestionar y evaluar y cosas de estas de escuelas de negocios estupendis y movidas que se inventan en Silicon Valley o en Gotteborg y que luego intentas llevar a Parla o El Masnou y suenan raro.

Pero bueno, todo bien.

En un momento de una conversación en la que yo no entendía muy bien adónde nos llevaba aquello, me senté con una persona del área de RRHH y me dijo:

Claro, es que tenéis que abandonar el miedo a perder el poder.

Grrpppmmmmffffff. ¿¿Miedo a perder el poder?? Pero, ¿qué poder? ¿Estamos tontos?

Lo remató con un “además, es que los managers sois muy paternalistas”.

Pues mira. Ahí, le doy la razón.

Yo creo que lo más bonito en esta vida es ser como un padre con todo el mundo.

Ver crecer a otros y, los más importante, ver cómo se convierten en alguien mucho más grande que tú. Con tus clientes, con tus amigos, con tu equipo y con tus jefes.

Pasa un gran día. Sé un gran padre. O madre.

Jorge

PS1. ¿Pasado? Ni de coña voy a abandonar las viejas costumbres. Eh, amigo, tienes una caja abajo para apuntarte. Tiene botones. ¿Hay cosa más emocionante que darle a un botón? ¿¿A que no??
PS2. Ya estás tardando.